29 enero 2010

Haciendo guardia por lo cubano

La casa natal de José Martí es también la casa natal de Israel López. Por eso es doblemente buena la idea de que un grupo de poetas y trovadores espere allí el 28 de enero. Tanto la obra del Apóstol como la de Cachao son dos de las expresiones más cubanas que se han conseguido desde que los cubanos aprendieron a expresarse.

Me hubiera gustado pasarme esa noche en ese parquecito. Sobre todo porque justo en frente está la Estación Central. Ya en la madrugada, habría intentando cualquier cosa para resolver un pasaje y montarme en el primer tren que saliera en dirección al centro de la Isla.

Todo esto se me ocurrió cuando encontré a Bladimir Zamora sentado en el centro del convite, sujetando un tabaco y un trago de ron cualquiera con la misma mano. Envidio a los que estuvieron allí esa noche, no conozco sus poemas ni sus trovas; pero el solo hecho de poder pasarme las horas en vela, junto al Bladi, mientras él hacía su guardia por lo cubano, lo justifica todo.

De vuelta al guardián del centeno

Desde Nueva York, Juan Carlos Recio me hizo llegar este poema que se le ocurrió después de leer mi último post. Escribo en El Fogonero con la intención de provocar múltiples reacciones, pero nunca me pasó por la cabeza la idea de que alguien quedara tan inspirado que alcanzara a escribir siquiera un verso. Como antes de ser cualquier cosa traté de ser poeta, este suceso me hace demasiado feliz y por eso lo comparto con tanta algarabía.

CV

¿Acaso no matan a los caballos?

H. Mc

(Inspirado por el post: “Salinger no pudo seguir siendo

el guardián de Salinger”) de Camilo Venegas

Si un cuerpo atrapa a otro cuerpo al ir por un trigal…

de saber si asomaste contra la espiga

escondido en esos laberintos

improvisados, de bruces al cielo

con la espalda en la humedad del abandono

de guardián que cayó tras sus orejas

y lejos, muy lejos padecía;

de saber que eras mi guardián en el centeno

que aún era un adolescente y me babeaba

sin que me entendieran

cuando me iba alejando de los próceres de la familia

y cuando anidaba como un pájaro

y la paja seca me encendía los ojos

y miraba por ello cuan dulce era mi abismo.

Era entonces mitad Seymour Glass

antes del regreso

y Tom Sawyer con Becky en la cueva:

pez, plátano, humo, temblor,

ante sus muslos colgados

en el andén del pueblo;

al menos un sueño que tenía

por muchos años mientras patinaba sobre el hielo

el imposible hielo de mis días

pudriendo.

Ahora río ante un negro taxista

en el amarillo desde donde refleja

esa pregunta absurda

¿adónde se van los pasos de un muerto

con los pies de bañista

a punta de un revolver en la cabeza?

¿Dónde van las flores marchitas

después que en los funerales las mostraron

como putas ardientes de cualquier ceremonia?

y los patos, que no cisnes, los patos…

¿adónde van los patos

que pasaron en vuelos rasantes por mi ombligo?;

el patio del colegio la nariz que sangra

y el absurdo de masturbarse de la fiebre

como si no fuera justo salvarnos antes del alba.

De saber que es cierto si también matan a los caballos

nunca me hubiese detenido

ante la ruleta rusa

esa historia tan honda de llorar cuando me río

fuera de alguna de las tuyas desde donde espías

largas noches en vela

uno a uno en la grieta de los labios

parados con estirpe, como boca de cazador

y la ceniza contra el piso

las manos en la pared

mientras escucho sobre el techo de la casa

a los hijos de mis vecinos

dibujados tal vez en los caminos ocultos

como guardianes del sereno

usados en contra de su soledad

sin dejarme dormir

como si un látigo marcara mis fatigas.

Juan Carlos Recio NY/ Viernes 29 de Enero del 2010

28 enero 2010

Salinger no pudo seguir siendo el guardián de Salinger

El 28 de enero de 2010 será uno de los tantos días del siglo XXI que han matado cosas del siglo XX. A partir de hoy, ningún otro escritor logrará entrar en la posteridad escondiéndose de sus lectores y negándose a escribir ni media palabra.

De ahora en adelante será imposible hacerse célebre sin asomarse todos los días a Twitter o dar las buenas noches en Facebook. Para mantenerse vigente, habrá que estar diciendo cosas relevantes a toda hora, algo que Jerome David Salinger detestaba de una manera rabiosa.

Antes de convertirse en un mito en 1951, cuando publicó El guardián en el centeno (The Catcher in the Rye), J.D. fue muchas cosas: pésimo alumno, escritor de cuentos que eran rechazados sin excepción por las mejores revistas de la época (hasta que por fin The New Yorker publicó uno de sus relatos en 1946), espía en Londres, soldado en Normandía y perseguidor de agentes de la Gestapo y colaboracionistas en Francia.

“Un día perfecto para el pez plátano” (1948) fue el cuento perfecto que convirtió a Salinger en alguien imprescindible en cualquier antología de relatos. Pero él, en lugar de regodearse en la fama, prefirió parecerse a su gran héroe, Seymour Glass, un veterano de guerra con vocación suicida, y renunció a la vida pública de una manera tajante.

Lo compararon con Twain, Hawthorne, Melville o Scott Fitzgerald, pero él en verdad fue nada más y nada menos que él mismo. Nunca la tragedia fue tan cómica como en sus historias, donde la gente se ríe cuando llora y llora cuando no le queda más remedio que reír. Siempre tuvimos la esperanza de que escribiera algo más. Ojalá que aparezca algún manuscrito en uno de sus escondites. Pero por ahora lo único cierto es que Salinger no pudo seguir siendo el guardián de Salinger.

Nosotros, la nación excluida

Ayer, por enésima vez en mi vida, me preguntaron si era cubano de Cuba o cubano de Miami. Ahora fue un alto funcionario del Gobierno dominicano. Por enésima vez, también, di la misma respuesta: Todos los cubanos, los de Miami, los de Santo Domingo, los de Singapur o los de Ulan Bator (que con toda seguridad los hay) son de Cuba. No se puede ser de otra parte que no sea de la que se es.

En estos momentos en La Habana sesiona el Encuentro de Cubanos Residentes en el Exterior, Contra el Bloqueo y en Defensa de la Soberanía Nacional. Antes a ese evento (donde solo asiste una reducida representación del exilio, los más dóciles con el régimen) se le llamaba Nación y Emigración. Supongo que el cambio de nombre que se hizo a última hora se debe a los airados reclamos de muchos, a través de las redes sociales y la internet (a los cubanos que viven dentro de Cuba se les limita el acceso a Facebook, pero los funcionarios y chivatos entran y están al tanto).

No vuelvo a Cuba desde el 2001. No quiero ser víctima de una humillación que han recibido muchos compatriotas míos: llegar hasta el aeropuerto José Martí de La Habana y tener que volver sin poder pisar suelo cubano. Es una infamia que los dos principales temas de discusión del Encuentro de Cubanos Residentes en el Exterior sean el bloqueo y la defensa de la soberanía nacional, y no el derecho de todo cubano, viva donde viva y piense como piense, de volver a su patria el día que lo decida.

Era inaceptable que la emigración no fuera parte de la nación, es una vergüenza que a una inmensa mayoría de ella se le prive del derecho de entrar en su país y andar libremente por él cada vez que quiera.

19 enero 2010

¿Por quién cacarean las gallinas?

Hoy, en el editorial de Diario Libre (el periódico de mayor circulación en República Dominicana) la periodista Inés Aizpún hizo un comentario sobre el debate que se ha producido entorno a la catástrofe de Haití. La primera línea de su texto está dedicada al presidente de Venezuela: “Chávez desperdicia cualquier oportunidad de quedarse callado”.

Inés se refería a las recientes declaraciones de Hugo sobre la forma en que se ha producido la ayuda de Estados Unidos. “Sus discursos suelen ser facilones, ramplones, monotemáticos, sólo soportables por su club de fans. Venir a decir ahora que EE.UU. planea invadir Haití es, además de un comentario inoportuno, de tal nivel de estulticia que ni de él se esperaba”, afirma Aizpún.

El periódico español El Mundo mantiene en su página web un gráfico animado sobre el terremoto de Puerto Príncipe y sus consecuencias. Uno de las infografías señala en el mapa la procedencia de las ayudas. En toda la región del Caribe apenas se destacan los 30 médicos cubanos que se sumarán a los 300 que ya estaban en Haití antes de que se produjera la tragedia.

Nada se dice allí de República Dominicana y de la invaluable ayuda que se ha ofrecido desde aquí a través de la frontera. Los dominicanos fueron los primeros en llegar a Puerto Príncipe para prestar auxilio y desde entonces se han movilizado con incontables caravanas a través de la frontera para llevar alimentos, agua y servicios médicos.

A Chavéz, en cambio, lo único que se le ocurre es alertarnos de una posible invasión yanqui. Poseído como está del espíritu del Libertador, sólo tiene tiempo para la beligerancia y el mesianismo. Lo cual le ha impedido oír, por ejemplo, el llamado que hizo el Club de París a los principales acreedores de Haití para que anulen la deuda.

Venezuela es el mayor acreedor bilateral de Haití, con una deuda que asciende a 925 millones de dólares. Más que el cacareo de las donaciones, Haití necesita de la permanencia de la solidaridad, de un compromiso real a largo plazo que ayude a esa nación devastada a renacer del polvo, no como un ave fénix sino como un nuevo Makandal al que nada ni nadie pueda de vencer.

13 enero 2010

La banda sonora de mi década

Para Alex Fleites y Aymara Aymerich,

por los discos del Salmón que les debo

La primera vez que lo oí no fue su voz sino su nombre. En la canción “Tercer mundo”, de Fito Páez, hay un verso que dice “Andrés Calamaro y Lou Reed pensando, pensando en salir de aquí”. Entonces aún no existía Google y en la Habana de aquella época sólo había una Gaveta donde uno se refugiaba a jugar dominó y oír canciones al azar.

Volví a dar con él en uno de los tracks del disco Enemigos íntimos, donde Sabina y Páez le encomiendan la mejor estrofa de “Más guapa que cualquiera”. Fue entonces que supe que cantaba. No más que eso. Ya en Santo Domingo, allá por el año 2000, en aquel apartamentico que tenían Mabel y Miguel en los alrededores del Listín Diario, lo descubrí in extenso.

Pero fue Martha Sepúlveda (ay, Martha Sepúlveda) la que puso el resto de sus canciones en mis manos. Recuerdo que me dijo una de sus frases geniales y luego se escondió en una de sus carcajadas para hacerme una advertencia: “Siempre di que yo los presenté”. Pues bien, Martucha, aquí lo hago, admito que gracias a ti di con la banda sonora de mi década.

Martha se fue para un lugar que sigo creyendo que no existe, Mabel y Miguel se largaron para Cádiz, La Gaveta es un sitio al que no puedo calcular cuándo volveré, La Habana es una ruina que ya se me está olvidando y el disco “Tercer mundo” se extravió en una mudanza. Sólo Andrés permanece, incluso hoy, un día después que la ira del azar destruyera a Puerto Príncipe.

Cosecha de escombros

En Cuba, Haití se intuía como una tierra lejana y gobernada por el rocío, donde sólo habitaban seres invisibles y personajes literarios. Alejo Carpentier, Jaques Roumain, Jaques Stephen Alexis y René Dépestre nos habían formado esa idea en la cabeza y con ella llegué a Santo Domingo en noviembre del 2000.
En República Dominicana, Haití es el oeste que empieza cuando se acaba el Sur. Gracias a Vianco Martínez, crucé la frontera por el río Masacre (como lo hizo Martí en 1895) y conocí en persona esa tragedia que se sigue señalando en los mapas con la forma de un país.
En una de las primeras imágenes que llegaron de la catástrofe, se ven las ruinas del palacio presidencial, ese edificio tan simbólico para la historia del Caribe que, según mi amigo Vianco, “era de una blancura insultante” en un paisaje tan gris. Hoy, el ex presidente Jean-Bertrand Aristide, ha calificado la situación como “una tragedia que desafía a la comprensión”.
Siempre me ha llamado la atención el tono de la voz de los haitianos. Más de una vez pregunté y nadie me supo responder por qué hablan tan alto. Luego supe que es porque ni siquiera así los oyen. El terrible terremoto de ayer debería abrirnos los ojos y los oídos. Es hora ya de que veamos de verdad la cosecha de escombros acumulada por los siglos, de que hagamos algo más que seguir compadeciéndonos de los gritos desesperados.

11 enero 2010

Si llegas a Cueto nunca te irás para Mayarí

El “Chan chan”, esa festiva trova de Francisco Repilado (1907-2003) que le dio la vuelta al mundo gracias a Buena Vista Social Club, es hoy una imposible letanía para los cubanos que por necesidad tienen que repetir el itinerario que inspiró al sonero.

En la vieja estación de Alto Cedro hay, actualmente, una tarja que avisa a los turistas (solo a los turistas) que justo en ese andén “comienza la Ruta del Chan Chan, homenaje a Compay Segundo”.

El trayecto, de unos 360 kilómetros, atraviesa los centrales azucareros, los chuchos de caña y los pueblos que menciona el sonero en sus composiciones. Lo que antes fue una productiva región, hoy es una provincia baldía y en ruinas. Todos los ingenios han sido clausurados y los cañaverales son un vasto paisaje improductivo.

En el salón de espera de la estación de Cueto hay dos carteles. En uno se anuncia el itinerario de los trenes. El primero en pasar debe ser el 613 (de Antilla a Santiago), luego le siguen el 616 (de Antilla a Holguín), el 614 (de Santiago a Antilla) y el 615 (de Holguín a Antilla).

Pero la ventanilla donde se venden los boletines está clausurada con una tabla. El otro cartel, colgado justo debajo de una caja vacía de cabilla corrugada (antes debió haber ahí adentro un televisor), explica el motivo. Escrito con tiza y con una cuidada letra de molde, se avisa al público que los cuatro trenes están anulados.

En cualquier esquina del mundo se puede oír hoy la jubilosa voz de Compay Segundo advirtiendo que de Alto Cedro irá para Marcané y que luego, cuando llegue a Cueto, seguirá para Mayarí. Los cubanos, en cambio, saben que eso en el país que ellos viven es más que imposible.

El que llegue a Cueto, nunca se irá para Mayarí.

07 enero 2010

ORWO

Esa palabra de cuatro letras, partidas en dos, contiene toda la música que oímos los que crecimos en la Cuba de finales de los setenta y principios de los ochenta. Aunque los cassettes ORWO eran fabricados dentro de un muro, al menos a nosotros nos permitieron derribar otro, aquel que nos impedía oír la música que más nos gustaba.

Tuve un amigo del que sólo recuerdo su nombrete, Pepillo, que tenía cientos de ORWO. El padre trabaja en el DOR (Departamento de Orientación Revolucionaria) y los sustraía para que su hijo pudiera grabar el hit parede semana tras semana. Pepillo jamás escribió nada sobre las etiquetas, pero mantenía oculto un libraco enorme donde asentaba con esmero todos los créditos de sus grabaciones.

Con mucha paciencia, dividiéndolos en sílabas si era preciso, Pepillo nos enseñaba a pronunciar los nombres de los artistas y las canciones. Sin quererlo, nos evangelizó en una música que hacía época en las cuatro esquinas del mundo y que en Cuba sólo entraba por FM, una frecuencia de banda desconocida para los radios VEF 206.

Sé que es una aberración de mi parte, pero muchas veces, cuando vuelvo a escuchar aquellas cosas, me veo claramente rebobinando un ORWO a punta de lápiz, para que en la grabadora pudiera seguir sonando eso que, aún prohibido, nos colocaba en tiempo y espacio, conectándonos con el mundo ancho y ajeno.

Carta de Atúnez a Raúl Castro

En El Fogonero suelo publicar sólo ocurrencias mías. Asumo este blog como un cuaderno en el que anoto las cosas que me dan vueltas en la cabeza a diario. Pero esta vez haré una excepción. Conmovido por la humildad y los cojones de Antúnez, reproduzco a continuación la carta que le envió a Raúl Castro el pasado 8 de diciembre.
Señor Raúl Castro:

Mi nombre es Jorge Luis García Pérez “Antúnez” –ex preso político– y de nuevo le escribo, no porque pretenda enterarlo de algo que lejos de ajeno es cotidiano en Cuba, por el proceder y política de su gobierno:

Desde hace varios meses soy mantenido junto a mi esposa Yris Tamara Pérez Aguilera en una extrajudicial reclusión domiciliaria por parte de su policía política.

Un alto oficial de la Seguridad del Estado la semana antes del concierto de Juanes en La Habana luego de arrestarme me comunicó que en todo el territorio nacional habían emitido una orden de arresto en mi contra y que todos mis pasos tendrían seguimiento en lo adelante. Desde la fecha he perdido la cuenta de las detenciones, en su mayoría violentas.

Señor dictador, permítame unas preguntas que posiblemente le ayuden a aclarar dudas a aquellos compatriotas míos que en algún momento estuvieron esperanzados en que con su gobierno disminuiría la represión, o que incluso pudieran efectuarse aperturas democráticas:

¿Con qué derechos unas autoridades sin previa comisión de un delito pueden impedir el libre movimiento de sus ciudadanos violando así un derecho universalmente reconocido?

¿Qué sentimientos pueden mover a hombres como el capitán Idel González Morfi al golpear con tanta brutalidad a mi esposa –una indefensa mujer– ocasionándole secuelas óseas por el sólo hecho de llegar hasta una emisora de radio para pedir que se le diera curso a una denuncia sobre probadas torturas que su hermano recibía en una prisión de Cuba?

¿O es que sólo para ustedes existen en nuestro país cinco familias con derecho a protestar y pedir justicia para sus familiares encarcelados?

¿No le avergüenza que sus corpulentos gendarmes permanezcan apostados durante días en las esquinas de una vivienda para impedir que salgamos, incluso monitorear los movimientos dentro de nuestra propia ciudad?

¿Dónde está la ética y profesionalidad de sus subalternos, cuando con sus ridículos operativos provocan la burla de la población casi a diario?

¿Qué siente usted cuando alienta o permite que personas que se dicen hombres golpean y arrastran por las calles a mujeres como Damaris Moya Portieles, Marta Díaz Rondón, Ana Alfonso Arteaga, Sara Marta Fonseca, Yris Pérez y ahora más recientemente a la bloguera Yoani Sánchez?

¿Cómo puede dormir usted tranquilo y sus subordinados después de atropellar con saña en más de una oportunidad a Idania Yánez Contreras mientras se encontraba con varios meses en estado de gestación?

¿Cómo puede usted y su gobierno hablar de batalla de ideas, cuando constantemente reprime las ideas con golpes y arrestos y años de cárcel?

Quizás sus seguidores no encuentren o no se atrevan a la respuesta, pero yo que me encuentro entre la larga lista de los que no le temen, y le respondo.

Usted actúa así porque es un hombre cruel e insensible al dolor y sufrimiento ajeno, porque fiel a su vocación antidemocrática y dictatorial está convencido que las dictaduras como la que usted preside sólo pueden sostenerse bajo el temor y la tortura, y que la más mínima apertura puede dar al traste con lo que más y único le interesa, mantenerse en el poder.

Finalmente –y retomando mi caso en particular– le voy a responder sin antes preguntarle los motivos concretos de tanto ensañamiento y represión contra mi persona.

Su gobierno y lacayos cuerpos represivos no pueden perdonar mis dos grandes y únicos crímenes. Primero que casi dos décadas de tortura y tratos crueles durante mi injusta y severa sanción no pudieron quebrar mi dignidad y posición como preso político. Segundo, porque a pesar del acoso y hostigamiento –y sobre todo el riesgo de regresar a la cárcel– tengo la decisión de no abandonar mi patria en la que continuaré luchando por un cambio que considero tan necesario como inevitable.

Desde la ciudad de Placetas,

Jorge Luis García Pérez “Antúnez”.

Martes 8 de diciembre de 2009.

Delfines de contrabando

Simón Guerrero, el reconocido ornitólogo y ambientalista dominicano, le dedicó su más reciente columna en Diario Libre al doble rasero de ciertos especimenes de la izquierda de su país. Lo hizo a propósito de un contrabando de delfines, proveniente de Cuba, que provocó una justificada protesta entre sus colegas.

Cuenta Simón que los “guerreros” que defienden el entorno enfilaron todos sus cañones contra los parques de diversiones que compraron a los delfines, pero nunca hicieron la más mínima alusión al gobierno de Cuba, que es el responsable de la ilegal transacción que se llevó a cabo sin el consentimiento de las autoridades dominicanas.

Es muy simpática la definición que hace Guerrero del “ala siniestra” de los ecologistas dominicanos, sobre todo cuando se refiere a la “izquierda melódica, un amasijo informe de artistas y poetas, la mayoría de los cuales no son marxistas, pero a quienes una nostalgia anacrónica los obliga a involucrarse en todo lo que huela a Siete Días con el Pueblo”.

Mi generación tuvo un delfín de mascota, se llamaba Flipper y aparecía por las tardes, en el Canal 6, cada vez que se acababan las aventuras cubanas y no había nada más que pasar. Gracias a esa serie, los niños de entonces aprendimos muchísimas cosas de esos mamíferos que hoy están en peligro.

La excusa del gobierno cubano para traficar con delfines es el bloqueo y su necesidad imperiosa de captar divisas. Pero, como dice Simón, el deber de todos los ecologistas es denunciarlo, porque sea por la razón que sea, “igual se extinguen para siempre”.

04 enero 2010

Babalaos independientes vs babalaos oficialistas

En Diario de Cuba, el portal que construyen Antonio José Ponte y Pablo Díaz Espí, entre otros, encontré una encuesta y dos noticias. La encuesta hace una sola pregunta: “¿Deben unirse los babalaos oficialistas e independientes para sacar una sola Letra del Año?”. Se ofrecen tres opciones para responder: “Sí”, “No” o “No creo en nada de eso”. Hice click en la tercera.

La primera de las noticias ya la había leído en uno de esos blogs que se producen en La Habana para divulgar los temas que el Granma elude (supongo que por un mínimo de pudor y algún tilín de vergüenza): Los babalaos que prefieren el resguardo del régimen, auguran para el 2010 prosperidad en Cuba.

Según el Consejo de Sacerdotes Mayores de Ifá, que pertenece a la Asociación Cultural Yorubá de Cuba, este año gobernará Yemayá acompañada por Changó y estará prohibido mojarse con agua de lluvia, deambular en altas horas de la noche sin necesidad, las ingerir bebidas alcohólicas y las drogas.

Los sacerdotes de Ifá de la Comisión Organizadora de la Letra del Año (que son independientes al gobierno) señalaron, según la otra noticia, que “en 2010 ocurrirán cambios sociales rotundos, muertes de dirigentes, traición y usurpación del poder, cuyas consecuencias pueden conjurarse respetando las decisiones de la mayoría y el diálogo”.

Según los babalaos insurrectos, el año que viene “estará regido por Obatalá, orisha encargado de la creación de los seres humanos, acompañado por Oyá, divinidad de las tormentas y los vientos”. ¿Quién tiene la razón en esta inédita divergencia cubana? ¿En quién creerán los que oran? Creo que eso ahora mismo ni Orula lo sabe. A fin de cuentas, como dijo una vez el trovador, los sueños se hacen a mano y sin permiso.