10 octubre 2010

Marxismo-feudalismo

Carlos Marx sigue siendo un hombre lúcido. Muchas de las cosas que dijo (él y Engels, a estas alturas sus cabezas son inseparables) siguen teniendo sentido y, sobre todo, razón. El problema del marxismo ha sido siempre de “puesta en escena”. Así en en Europa como en Asia o en América Latina nadie ha sabido (o querido) interpretar a la yunta de filósofos.
En Corea del Norte, como en Cuba, todas las teorías sobre el proletariado y la dialéctica han quedado reducidas a una sucesión monárquica, tal como ocurría en sociedades mucho más primitivas que las que Carlos Marx y su escudero se dedicaron a criticar.
Corea del Norte ha celebrado hoy el 65 aniversario del Partido de los Trabajadores con un despampanante desfile militar. Largas fila de tanques, vehículos antiaéreos y misiles avanzaron por la plaza Kim Il-sung de Pyongyang. El único fin de toda esa algarabía era que Kim Jong-il presentara públicamente a su hijo menor, Kim Jong-un, como su sucesor.
A Carlos y Federico esas escenas le hubieran parecido aberrantes. Pero en Corea del Norte, como en Cuba, el marxismo está cada vez más cerca del feudalismo que del comunismo.

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