21 agosto 2012

Los valores de Celia, las miserias de Yohandry

 
Hace unos días circuló una falsa información sobre Cuba. Una entre tantas. A todas horas circulan falsas informaciones sobre Cuba. Incluso los medios de prensa más confiables aseguraron que el régimen de La Habana había levantado algunas de sus prohibiciones más vergonzosas.
Celia Cruz, según esas fuentes, ya podía difundirse en la radio y la televisión de la Isla. Celia, como se sabe, es la más universal de todas las cubanas. Aun así, varias generaciones en la Isla han crecido sin poder disfrutar de su cubanía esencial, de todos los valores que ella representa.
Sobre eso debatíamos en Twitter cuando irrumpió entre nosotros la celebérrima Yohandry Fontana, quien no es más que una de las tantas mascaradas que usa la Seguridad del Estado para asesinar reputaciones y desinformar sobre Cuba. Aunque admitía la prohibición oficial, Yohandry aseguraba oír a Celia en privado (¡Hasta Yohandry, caballero!).
No pude contenerme. Le pregunté si eso no le parecía una vergüenza. Entonces acudió a uno de las más recurridas excusas del régimen: En Estados Unidos también hay censura. Soy cubano, le dije, me incumben los problemas de Cuba. Que los norteamericanos se ocupen de los problemas de Norteamérica.
Como los lugares comunes y la falta de imaginación son su especialidad, recordó entonces que algunas emisoras de Miami censuraban a Silvio Rodríguez. Celia Cruz es cubana y está prohibida en Cuba, le respondí. Silvio, en cambio, sin ser norteamericano, pudo cantar en ese país con entera libertad.
No tuve más respuestas de Yohandry. Abandonó el debate y la oportunidad de ofrecerle al menos un argumento válido a la causa de sus miserias. Su actitud prueba por qué los cubanos que viven en Cuba no pueden tener acceso libre a Internet. El régimen, como Yohandry, no está acostumbrado a luchar en igualdad de condiciones.
Hoy, cuando llegué al Bohío, puse a Celia Cruz a todo volumen. Cerré los ojos y me la imaginé de regreso en Cuba. Ese día será apoteósico. Como Celia es inmortal (Cruz, quiero decir), puede darse el lujo de esperar todo el tiempo que sea preciso.

8 comentarios:

Unknown dijo...

Rotundo!

Anónimo dijo...

Excelente articulo

María Reinoso dijo...

De acuerdo con el señor Alejandro Aguilar, esto es rotundo. No hay espacio para una réplica si no es a través de la pataleta o la descalificación.

Anónimo dijo...

OTRA VEZ APRETASTE GUAJIRO, LA SACASTE POR EL JARDIN CENTRAL DEL SANDINO, ESE PARQUE QUE TE ES TAN QUERIDO.

Eduardo Lozano Martínez dijo...

Me gusta mucho tu comentario Camilo, por casualidad has leido las declaraciones de Kcho en la asamblea del poder (in)popular, no tiene desperdicio.

Wichy García Fuentes dijo...

Creo que le das género femenino a Yohandri Fontana, cosa que él quizás entienda como chacalismo de tu parte. Todo apunta a que este personaje no es otro que el no menos celebérrimo Tato Fontes (no puede ser casual el juego de letras con su propio apellido y la parodia a Yoani), aquel que daba clases aburridas de informática a los oficiales del Minint y adoctrinaba con bobaliconadas en aquel video que se filtró.

Anónimo dijo...

Yohandry es el fiel retrato de la dictadura castrista. Eso que es él es la dictadura agonizante de un viejo cagalitroso y chocho y de otro boracho y... ya tú sabes.

Anónimo dijo...

Después de todo es del carajo cuando uno lo piensa con frialdad.

En mi caso, admito que la mitad de mi cultura músical de adolescente (y ya se sabe que esta es la que uno lleva a fuego) se la debo a Salvador y aquel programa de las 4 pm que tenía en Radio Marti. Detestaba a los que oian a Silvio, a los que oían a Pablo; pues veía en ellos el coro de los que me hacían tener que oir a Fleetwood Mac con interferencias, como si esas canciones fuesen puro veneno. Adolescencias secuestradas como la mía hay millones en Cuba.

No he disfrutado de Celia Cruz, aunque el "Azucar" me lo sueltan por igual españoles, canadieneses y hasta los portugueses...

A Silvio dejé de odiarle cuando me fuí de Cuba y pude oir música sin esconderme o censuras.

Nunca fui (ni soy) una persona politizada o galvanizada por el odio, pero no me deja de parecer vergonzoso esas cuchufletas de "oir en privado" de boca de los supuestos politizados AND alíneados con la censura.

Camilo: Hoy que "vuelvo" de aquellos lares, voy a dedicarle una tarde a Celia, "a ver si"

Anónimo Standard